PANTER FORZA
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Tras años de investigación y creación de pautas, la Unidad de Intervención en Tentativa Suicida (TS) de Bomberos de Madrid nació en 2018 de la mano de Tubío, quien afirma que algo cambió en él después de recuperar el cadáver de un adolescente que se había suicidado precipitándose por un patio interior.

Sergio Tubío trabaja como bombero en el Ayuntamiento de Madrid y fue el fundador de la Unidad de Intervención en Tentativa Suicida de Bomberos de Madrid (ITS). El año pasado, la Fundación Mapfre premió al equipo como Mejor Proyecto o Iniciativa por su Impacto Social. Y es que, el grupo interviene en unas 350 tentativas suicidas cada año.

¿Cómo surge la Unidad de Intervención en Tentativa Suicida (ITS)?
En 2013 nos tocó atender una intervención para recuperar el cuerpo de un adolescente que se había precipitado por un patio interior. Durante el rescate, que duró más de una hora, pensé que no entendía cómo un chaval de esa edad podía terminar con su vida de esa manera, pensé en sus padres, pero también pensaba en mis hijos y me di cuenta de que no comprendía nada. Por la cabeza se me pasaba la idea de que si hubiera llegado antes de la precipitación no hubiese tenido argumentos de peso para poder evitarlo. Al llegar al parque empecé a buscar procedimientos, documentos, pero no había nada. Fue tal la magnitud del impacto que me generó que tuve la necesidad vital de hacer algo. Busqué información durante unos años y fui aplicando esos conocimientos a las intervenciones de bomberos, creando pautas en forma de borradores. Finalmente presenté un proyecto a la escuela de bomberos, animado por mis compañeros de parque, y se dio el visto bueno a la creación de la unidad ITS.

¿Cuál es el procedimiento de actuación del cuerpo de bomberos ante una alerta de suicidio?
En líneas generales, dividimos las intervenciones de crisis suicida en dos tipos: con riesgo de precipitación y de apertura de puerta para facilitar el acceso a los servicios sanitarios. En el primero de los casos se activa una BUL, un autoescala, un vehículo de colchones de salvamento y un vehículo de mando. En total participan 16 bomberos. En el segundo caso, una BUL y un vehículo de mandos, con un total de ocho bomberos. Evidentemente, en función de la información recibida se pueden incrementar los medios si fuera necesario.

¿Cómo han evolucionado las actuaciones de este tipo en los últimos años? ¿Qué previsiones tenéis para el futuro?
Las intervenciones siguen siendo muy similares a las que atendían los nuestros veteranos desde siempre. Las muertes por suicidio no son algo propio de estos últimos años, los bomberos llevamos interviniendo en estas situaciones desde que tenemos cuerdas y escaleras… Lo que sí ha cambiado es la repercusión social que tienen estas muertes, hay una mayor concienciación y se detectan más casos que antes.

¿Tenéis a vuestra disposición una formación especializada?
Sí, los bomberos de Madrid recibimos formación específica y especializada. Para ello contamos en la unidad de capacitación profesional en tentativa suicida con bomberos especializados en rescates, en manejo de colchones de salvamento, sujeción física en lugares de riesgo, psicólogos de emergencias y una médico forense.

¿Cómo suelen responder los afectados a vuestra asistencia?
La parte del contacto con la víctima es de las más importantes y, a la vez, delicadas. Tenemos que pensar que las personas en crisis probablemente no quieran recibir ayuda en un primer momento. La prestación de unos primeros auxilios psicológicos determinados es lo que nos permite establecer una conversación en la que trataremos de buscar que la víctima desista del intento por propia voluntad. Cada persona es un mundo y en ese primer contacto la persona puede mostrarse recelosa, asustada e intimidada ante nuestra presencia. Una de las partes más importantes de la intervención es realizar un acercamiento gradual y consentido para que la persona no nos perciba como una amenaza.

¿Puedes contarnos cómo fue la primera vez que te enfrentaste ante una situación así?
Pues prácticamente desde el primer mes ya me tocó atender crisis suicidas o aperturas de puerta con personas fallecidas por suicidio en el interior de la vivienda. Son momentos que se te quedan grabados debido a la intensidad de la emoción y el dolor de la persona que se encuentra en esa situación. La primera fue un rescate que hicimos analizando la información que nos proporcionó la central de comunicaciones por una posible precipitación, en la que pudimos acceder al interior de la vivienda y sujetar a la persona en el momento previo al salto. Recuerdo principalmente la impresión que me produjo su mirada al ser rescatada.

Tu trabajo requiere de mucha fortaleza, ¿cómo cuidas tu salud mental?
Tengo la suerte de formar parte de un equipo en el que se le da mucha importancia a la salud mental. El 15% de la formación que impartimos es sobre la prevención del estrés postraumático y el autocuidado del interviniente. Personalmente soy consciente de que nuestro trabajo requiere de mucho sacrificio físico, pero también emocional. Al igual que entreno y me mantengo en buena forma física, hago lo mismo con mi salud mental acudiendo a terapia si es necesario.

¿Consideras que se vela lo suficiente por los bomberos en este sentido? ¿Qué medidas implementarías para proteger a los trabajadores de emergencias?
Creo que la salud mental de los bomberos se va teniendo en cuenta cada vez más, pero, desde luego, queda mucho por hacer todavía. Integrar un servicio de asistencia psicológica interna, que pueda atender en situaciones críticas o realizar seguimientos de los compañeros, sería de gran ayuda. Romper el estigma de que también nosotros somos vulnerables, de que no tenemos que poder con todo… Como dice Enrique Parada, psicólogo de emergencias y miembro de la unidad, “Cuidémonos, las personas a las que ayudamos lo necesitan”.

Dentro del cuerpo, ¿se dan casos de suicidio? ¿Qué factores son los que más afectan negativamente a la profesión?
Como en todas las esferas de la sociedad el suicidio también está presente entre los cuerpos de bomberos. Tenemos que entender que nos enfrentamos a situaciones de gran desgaste emocional, estrés o alteraciones del sueño. De hecho, países como Estados Unidos desarrollan campañas para prevenir el suicidio entre los bomberos debido a la elevada incidencia.

Como sociedad, ¿crees que es posible colaborar para reducir el número de suicidios?
Rotundamente sí. El suicidio es un problema social y necesita de respuestas multidisciplinares. Una mayor conciencia social puede prevenir muchas muertes. Existen guías y material gratuito de prevención universal (estrategias dirigidas a toda la población) que podemos leer y compartir. Hablar del suicidio no lo fomenta, lo que mata es el silencio. Visibilizar el problema es el primer paso.

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