PANTER FORZA
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Según los datos de la Firefighter Cancer Support Network, un bombero tiene un 14% más de probabilidades de fallecer de un cáncer que el resto de la población.

A lo largo de su trayectoria laboral, los trabajadores de los servicios de emergencia están expuestos a numerosos factores que podrían desencadenar un impacto tan dañino en su salud que quedaría en peligro su integridad física. En el caso de las unidades de bomberos, más allá de la amenaza predominante del fuego, las tareas realizadas a gran altitud o el impacto psicológico durante ciertas intervenciones, existe otro riesgo invisible. Según los datos de la Firefighter Cancer Support Network, un bombero tiene un 14% más de probabilidades de fallecer de un cáncer que el resto de la población, llegando a ser su primera causa de muerte.

Los estudios que se han realizado sobre el cáncer entre el cuerpo de bomberos apuntan que, respecto a la ciudadanía en general, tienen una probabilidad significativamente mayor de padecer la enfermedad y morir debido a esta por la exposición de sustancias tóxicas a las que se enfrentan en sus misiones, como gases o componentes químicos. Pese a que están equipados con materiales especiales para su protección, las partículas cancerígenas se fijan a su vestimenta, por lo que su piel estaría desprotegida al tener contacto con las prendas o herramientas contaminadas.

Hace ya más de una década, la Agencia Internacional de la Organización Mundial de la Salud para la Investigación sobre el Cáncer calificaba la ocupación de extinción de incendios como posiblemente cancerígena para los seres humanos. Sin embargo, el año pasado la OMS cambió la clasificación a cancerígena como conclusión a múltiples pruebas. En cuanto a la tipología de la enfermedad, un estudio realizado por la Universidad de Central Lancashire (Escocia) asegura que la probabilidad de sufrir cáncer de próstata, leucemia y cáncer de esófago podría ser 3’8, 3’2 y 2’4 veces superior.

Entre las principales causas de que los más de 14 millones de bomberos que hay en el mundo se expongan a la enfermedad están las sustancias de combustión que emanan de los incendios, los materiales de construcción como el altamente perjudicial amianto y el estrés térmico. Al prenderse fuego, los edificios contemporáneos desprenden una gran cantidad de humo procedente de los materiales sintéticos y plásticos que contiene. Estos pueden liberar más de 100 sustancias cancerígenas que penetran en el sistema respiratorio o en la piel.

La gran pregunta es si será posible reducir los riesgos de los que más nos cuidan.

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