PANTER FORZA
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Quince años después de la entrada en vigor del Real Decreto por el que se establece el título de TES, la instauración de la categoría a nivel nacional sigue siendo una lucha constante para muchos trabajadores. Un reportaje de Cristian Fernández Giner, TES en SUMMA 112 Madrid.

En este reportaje intentaré despejar dudas, aclarar conceptos y procurar explicar la historia, el proceso de especialización y formación de los Técnicos en Emergencias Sanitarias; así como sus competencias, responsabilidades y situación actual.

Qué son

En el último cuarto del siglo XX los comienzos en el sector de las emergencias extrahospitalarias para el personal que nos ocupa fueron muy precarios en España, y la idea del Técnico en Emergencias Sanitarias, obviamente, no existía; por lo que lo más parecido a la labor asistencial actual eran la que ejercían los conductores, jugándose literalmente la vida, con vehículos adaptados de manera cuanto menos improvisada e insuficiente, cuya señalización  visual y acústica de emergencias era muy deficiente. Posteriormente, se dotaron vehículos con lo que se denominaba un camillero encargado, entre otras cosas, como la propia palabra deja intuir, de auxiliar al conductor y cargar al paciente en la camilla e introducirlo en la ambulancia. Muchos de estos camilleros fueron celadores que inauguraban así los comienzos de una categoría que se intenta consolidar en el sector aún en la actualidad.

Las exigencias propias de la evolución lógica de la asistencia evidenciaron la necesidad de formar, más allá de la experiencia adquirida con los años, de conocimientos sobre procederes y, sobre todo, de cómo no proceder ante situaciones de emergencia. Cruz Roja fue pionera en crear protocolos de actuación, movilización e inmovilización y traslados de pacientes por su cimentada experiencia en guerras y catástrofes por todo el mundo.

Entre finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, se empieza a creer realmente en el beneficio de la atención extrahospitalaria especializada, avanzando lentamente en el desarrollo de vehículos, su carrozado, dotación y la búsqueda de personal cualificado, acercándose más a la ideal actual de la emergencia extrahospitalaria. A pesar de ello, solo se exigía formación para "conductores y camilleros" en aquellas Comunidades Autónomas (CC. AA.) con mayor número de población y, por tanto, de recursos, como sucedió en Madrid con la creación del 061 a principios de los noventa; donde se crea el Centro Coordinador de Urgencias (CCU) con la puesta en funcionamiento, en enero de 1990, del teléfono de urgencias sanitarias 061 y un despliegue de hasta nueve Unidades Móviles de Emergencia (UME) entre 1989 y 1994. Las ciudades del resto de CC. AA. se fueron dotando de UME entre 1990 y 2001; por ejemplo, en Castilla la Mancha, donde inicialmente la labor de los TES la realizaban bomberos; pero una vez adquiere las competencias el Servicio de Salud de Castilla La Mancha (SESCAM), ocupan estos puestos técnicos con formación inicial.  En Castilla y León, ciudades como Segovia no disponen de una UME hasta finales del año 2000.

Hasta ese momento, solo existían UVI móviles privadas o de traslado interhospitalario que realizaban los traslados de pacientes tiempo-dependientes y potencialmente graves desde los hospitales locales a hospitales de referencia de las grandes ciudades; y que solo en contadas ocasiones intervenían en emergencias extrahospitalarias con personal sanitario que era recogido de hospitales o centros de salud.

Finalizando la primera década del año 2000, el sector sufre una verdadera transformación con la creación de servicios de emergencias especializados: unidades de Soporte Vital Básico (SVB) compuestos por dos TES y Soporte Vital Avanzado (SVA), en número creciente, dotados con uno o dos TES, una Enfermera y un Médico dentro del conjunto del 112 a nivel nacional, separando por fin el trasporte sanitario no urgente de las emergencias sanitarias extrahospitalarias. CC. AA. como Castilla y León o Castilla la Mancha, antes mencionadas, no sufrieron esta conversión hasta el año 2006 y 2008 respectivamente.

Antes de esto, aunque cueste creerlo, un solo conductor, con suerte acompañado de un camillero, sin medios, formación, ni cualificación, podía ser enviado tanto a recoger pacientes para recibir tratamientos, consultas médicas o rehabilitación, como a un accidente de tráfico o a un domicilio a por un paciente sufriendo un infarto. Casi siempre se resumía en cargar como se pudiera y trasladar lo antes posible al hospital con todo lo que podía suponer para la salud de la víctima o paciente afectado.

Hasta la entrada en vigor del R.D. 1397/2007, salvo en contadas ocasiones donde se exigía un curso con formación específica al respecto, como pudo ser en la Comunidad de Madrid a través de la Agencia Laín Entralgo, con dos niveles: uno básico y otro avanzado, en la gran mayoría bastaba con disponer de la licencia de conducción de vehículos especiales BTP para incorporarse al puesto de trabajo. Por ello, muchos de los trabajadores se formaban a través de los programas de formación de las empresas o motu proprio cuando eran conscientes de la labor que se desempeñaba en una ambulancia. Posteriormente se fue añadiendo el carnet tipo C o niveles de estudios de grado medio o bachillerato dependiendo de la C.A., ayuntamiento o entidad privada, sin ser obligatoria cualificación relacionada con la labor a desarrollar.

Por fin, en el año 2007 se crea la figura del Técnico en Emergencias sanitarias.

T.E.S.

Los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) son personal cualificado pertenecientes a las profesiones sanitarias desde la entrada en vigor del Real Decreto 1397/2007 del 29 de octubre por el que se establece el título de Técnico en Emergencias Sanitarias y se fijan sus enseñanzas mínimas. Se trata de un Grado Medio de Formación Profesional con una duración de dos mil horas de la familia profesional: Sanidad. El referente europeo es CINE-3 (Clasificación Internacional Normalizada de la Educación).

Si bien, incomprensiblemente, en la actualidad, quince años después de la publicación del Real Decreto, son pocas las CC. AA. que tanto en la gestión pública como privada tienen reconocida la categoría que establece la ley. La extensa variedad de formatos y contratos para cubrir las necesidades del sector no han hecho más que complicar las cosas a la hora de reconocer la categoría; circunstancia que sí se ha logrado con gran esfuerzo en algunas CC. AA., entre ellas la Comunidad de Madrid, La Rioja o las Islas Baleares. No obstante, son demasiadas las administraciones públicas, empresas privadas y concertadas que siguen cubriendo los puestos con contratos de conductor, ayudante de conductor, camillero y ayudante de camillero; lo que en la mayoría de los casos los exime de formar parte de las profesiones sanitarias con todo lo que ello conlleva, además de incidir precariamente en los salarios y categoría profesional.

A día de hoy están diferenciadas las competencias, así como el transporte sanitario urgente del no urgente o programado, exigiéndose la formación académica necesaria para cada caso, debiendo poseer la certificación de profesionalidad de Transporte Sanitario o de TES y en muchos casos el carnet de conducir C, como mínimo, para ejercer las diferentes labores y poder ser contratado sin que esa exigencia se refleje a posteriori inexplicablemente en los correspondientes contratos.

Afortunadamente, parece que poco a poco la idea obsoleta del conductor de ambulancias o camillero va calando tanto en los profesionales del sector como en el resto de trabajadores de los cuerpos de seguridad o rescate, así como en la ciudadanía, conscientes de la importancia de las múltiples funciones desarrolladas por los TES.

El perfil profesional de los TES constituye una prestación complementaria y adicional necesaria para la consecución adecuada de una asistencia sanitaria completa y de calidad. El aumento progresivo de las competencias que iban adquiriendo con los años exigía una profesionalización acorde a las necesidades. Por encima del 80% de las urgencias y emergencias sanitarias en España son atendidas por unidades de Soporte Vital Básico, donde solo ejercen su labor los TES, por lo que, debido a la demanda social y evolución del sector, se hizo más que necesaria y apremiante una regulación con la publicación de este decreto donde se garantiza una formación y preparación en correlación con el trabajo a desarrollar. El propósito más relevante era aumentar la supervivencia, reducir las complicaciones secundarias y evitar secuelas.

Funciones

Los TES pueden desarrollar múltiples labores, todas ellas competencias de la categoría, ejerciendo las propias del Técnico en Emergencias Sanitarias en urgencias y emergencias extrahospitalarias, ya sea en SVB, donde han de saber desenvolverse, identificar situaciones de gravedad y actuar en consecuencia; o en unidades de SVA, donde además de sus propias competencias, que veremos a continuación, han de integrarse en un equipo multidisciplinar, donde cada cual forma parte de un engranaje para que la maquinaria de la actuación sanitaria se resuelva de la mejor manera en el menor tiempo posible.

La función de locutor es una de las labores fundamentales desarrolladas por los TES, de cuyo trabajo dependen la elección del mejor equipo en tiempo y distancia ajustándose a la solicitud, control y seguimiento de los avisos en curso, manejo de programas de gestión de recursos y localización GPS hasta la finalización de la urgencia o emergencia en sí; o su intervención en la gestión de los Centros de Movilidad de Recursos de Transporte no Urgente.

Toman especial relevancia en situaciones de emergencia colectiva, donde las grandes catástrofes, desastres o incidentes de múltiples víctimas de manera local, nacional o en cooperaciones internacionales exigen un perfecto dominio de los equipos de intervención; para ello, la logística, competencia de los TES, resulta fundamental para abordar la situación con los medios necesarios: montaje de estructuras sanitarias (PMA, PSA, hospitales de Campaña, saneamientos, líneas de descontaminación...), así como transporte y dotación de material imprescindible en tareas de evacuación, movilización e inmovilización, traslado, comunicaciones, entrega de comida, mantas, agua y un largo etc.

Según el R.D., de manera general, el titulo adjudica las competencias consistentes en trasladar al paciente al centro sanitario, prestar atención básica sanitaria y psicológica en el entorno prehospitalario, llevar a cabo actividades de teleoperación y teleasistencia sanitaria, y colaborar en la organización y desarrollo de los planes de emergencia, de los dispositivos de riesgo previsibles y de la logística sanitaria ante una emergencia individual, colectiva o catástrofe.

Competencias exclusivas

Desarrollando este decreto, son competencias exclusivas de los TES:

-La evacuación del paciente o víctima, así como su inmovilización y movilización con el material apropiado. Ejercer una conducción adecuada a las necesidades por la particularidad de cada traslado en sí, garantizando un traslado seguro al centro sanitario de referencia.

-Conocer y aplicar Soporte Vital Básico ventilatorio y circulatorio en situación de compromiso y una atención básica inicial en otras situaciones de emergencia.

-Colaborar en el triaje con la clasificación de víctimas en emergencias y catástrofes según indicaciones del superior sanitario correspondiente.

-Colaborar con el personal médico y de enfermería en la prestación de Soporte Vital Avanzado y prestar apoyo psicológico básico al paciente o familiares afectados.

-Recepcionar la demanda sanitaria en los centros gestores como teleoperadores, teleasistencia y gestión de recursos por los locutores.

-Limpieza y desinfección del habitáculo y material sanitario. Verificación y revisión de los equipos médicos y medios auxiliares de los vehículos sanitarios, así como controlar y reponer las existencias manteniendo el vehículo y la dotación sanitaria en condiciones operativas.

-Establecer y mantener la comunicación entre la zona de intervención y el centro coordinador operando los equipos de comunicaciones.

-Actuar en la prestación sanitaria y el traslado de pacientes o víctimas siguiendo los protocolos de protección individual, prevención, seguridad y calidad.

-Resolver problemas y tomar decisiones individuales siguiendo las normas y procedimientos establecidos definidos dentro del ámbito de su competencia y participar en el trabajo en equipo respetando la jerarquía en las instrucciones de trabajo, siendo capaces de adaptarse a las nuevas tecnologías por nuevos procesos organizativos.                                                    

Conclusión

Aunque en los últimos años se van uniendo CC. AA., aún son muchas más las que no tienen en sus planes a corto plazo dar el paso. Por ello, son tiempos convulsos, donde la instauración de la categoría a nivel nacional es una lucha constante que no se merecen los trabajadores de un sector siempre preocupado y a la vanguardia en la respuesta sanitaria de las emergencias extrahospitalarias.

Vistas las competencias y el trabajo desarrollado por los TES, no tiene cabida en el ámbito laboral actual contratos de conductor o camillero, y mucho menos de ayudante de estas categorías en emergencias extrahospitalarias, cuyo único fin es eludir por temas meramente económicos y administrativos una obligación legal y moral de reconocimiento.

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