El Museo del Fuego de Zaragoza expone cascos de bomberos de todo el mundo

El Museo exhibe en una exposición permanente 66 cascos de bomberos procedentes de 30 países, formando una colección de 200 años de historia.

El Museo del Fuego de Zaragoza exhibe 200 años de historia. Lo hace mediante la exposición permanente de una colección formada por cascos de bomberos de hasta 30 países del mundo. Este equipo de protección tan característico de los efectivos de bomberos ha evolucionado notablemente desde el siglo XIX hasta la actualidad y, aunque guarda similitudes, su diseño deja entrever parte de la simbología de cada país.

Entre el archivo del museo hay modelos hechos con cuero endurecido, otros de corte militar, elaborados con metal o latón y hasta algunos fabricados con fibra de bambú procedentes de Japón. A esta lista mundial se suman muchos otros países, como Italia, Costa Rica, Portugal, Chile, Rusia, Corea del Sur o la antigua Unión Soviética.

La concejal delegada de Bomberos y Protección Civil, Ruth Bravo, ha inaugurado la exposición ‘Cascos de Bomberos. 200 años’ acompañada por el jefe de Bomberos de Zaragoza, Eduardo Sánchez, y personal del Museo del Fuego.

Algunas de las piezas de la exposición ya se habían mostrado como parte de otras exhibiciones. Sin embargo, esta es la primera vez que se exponen de manera conjunta. Los espectadores pueden conocer el oficio de bombero en diferentes partes del mundo. Los 66 cascos que forman la exposición están ordenados cronológicamente, comenzando por los más antiguos, que datan de finales del siglo XIX, hasta llegar a los utilizados actualmente.

Símbolo histórico y cultural

Durante la visita, se puede comprobar que los primeros cascos de bomberos tenían un corte militar, ya que, en muchos países, los efectivos de extinción de incendios se integraban en una división dentro de las fuerzas militares. Están expuestos cascos de gala estilo Minerva, coronados con cresta de crines y penacho procedentes de Francia. Otros, más operativos, mantienen el corte americano y hasta los hay más prácticos, con visera posterior alargada para proteger la nuca, como es el caso del casco de Costa Rica (1975).

Todos ellos están decorados con simbología de cada país o con el escudo de su ciudad. En los primeros cascos franceses, aparece la granada explotando o el gallo galo, que por ordenanza de 1830 debía figurar en los uniformes de la guardia nacional; en el modelo de la República Checa (1890) se refleja el escudo del Estado de Bohemia dentro del imperio austrohúngaro; en los de Polonia figura el emblema de ‘Bombero ejemplar’ (1940) y en los de Venezuela, la cruz de Malta.

Sobresale la excepción del casco de Huesca de cuero endurecido, una de las joyas de la colección que se aleja de la simbología oficial para plasmar un edificio en llamas.

Con el modelo Gallet F1, utilizado actualmente por los Bomberos de Zaragoza, se cierra la exposición. Se trata de un casco que cuenta con protección ocular, conexión para walkie, iluminación propia y soporte para linterna.

Imagen: Ayuntamiento de Zaragoza.

También te puede interesar