Hay una gran diferencia entre el espacio que un chasis tenía disponible hace 10 años y el de hoy día, ya que los motores y sus sistemas de control de emisiones necesitan más elementos para el postratamiento de los gases de escape.

Partimos de la base de que los vehículos contraincendios se fabrican en función de las necesidades propias del servicio al que se destinan. Si bien es cierto que estas necesidades difieren mucho por regiones (para vehículos tanto en el ámbito rural, urbano o forestal), no podemos dejar de tener presente que los vehículos, su equipamiento fijo y sus prestaciones están normalizados por el estándar europeo EN 1846, que cuenta con tres partes: La EN 1846-1: nomenclatura y designación, la EN 1846-2: requisitos comunes y la EN 1846-3: equipos instalados de manera fija.
 
Como ya hemos hablado en alguna ocasión, esta norma es armonizada y su cumplimiento es importante para fabricante y usuario, ya que es garantía de cumplimiento con el marcado CE del camión y su equipamiento.

En particular, la parte tres de la norma trata sobre "algunos" equipos permanentes instalados en los vehículos, las prescripciones sobre sus requisitos y prestaciones enfocadas siempre a minimizar los peligros intrínsecos y que pueden surgir durante la puesta en marcha del vehículo, su utilización y las verificaciones rutinarias.

También establece la información que el fabricante de cada equipo ha de facilitar para el uso seguro de todos los equipos del vehículo, tanto en documentación como sobre el mismo chasis.

No existe una armonización ni nacional ni europea sobre la distribución o posición de todo este equipamiento en los vehículos. Los pliegos de condiciones técnicas son redactados por los propios bomberos que, en función de su forma de trabajar, requieren una dotación (a veces no conforme a la norma) y su distribución en los vehículos, lo que marca sustancialmente la morfología de los mismos.

Puertas, persianas, cofres, arcones, carretes, etc. son distribuidos a petición del cliente, siempre que su ubicación sea compatible con los espacios que cada fabricante de chasis pone a disposición del carrocero.

Hay una notable diferencia entre el espacio que un chasis tenía disponible hace 10 años y el que nos encontramos ahora, dado que los motores y sus sistemas de control de emisiones necesitan más elementos para el postratamiento de los gases de escape. Ni que decir sobre el poco espacio practicable que los chasis con nuevas tecnologías de propulsión disponen para incluir espacios para dotación, bomba y su sistema de propulsión.
 
También hay una notable diferencia entre el volumen de equipamiento requerido en los vehículos de hace diez años y los de ahora, siendo el orden y el control del mismo vital para la conservación y el correcto inventario de todo el equipo de trabajo.

La dificultad del control y estado del equipo que sale del vehículo a trabajar en situaciones de emergencia, a contrarreloj y en condiciones de alto estrés ha motivado la aparición de soluciones digitales para el control de inventario.

El Internet de las cosas (IoT) describe la red de objetos físicos ("cosas") que llevan incorporados sensores, software y otras tecnologías con el fin de conectarse e intercambiar datos con otros dispositivos y sistemas a través de Internet. El camión, su equipamiento y las bases ya son candidatos a disponer de esta tecnología para conseguir que todo esté conectado y poder así reducir el tiempo de recuperación y operatividad de los equipos de intervención, siempre con el mínimo esfuerzo, reduciendo los errores en la revisión y reposición del material sin dejar de mencionar el ahorro ante la eventual pérdida del mismo por descuidos o robos durante las intervenciones.

ASCATRAVI representa a nivel nacional tanto a los carroceros que a día de hoy son fabricantes de segunda fase, como aquellos que reparan, reforman o transforman carrocerías para los diferentes Servicios de Emergencia.

Salvador Nuñez Bustos
Secretario Técnico ASCATRAVI