Existen más de 30 tipos de pruebas para cubrir la profesión. Estas varían según el territorio y no presentan criterios unificados para lograr una plaza. Analizamos sus particularidades a nivel nacional.

Contar con una buena forma física es fundamental en los profesionales que se dedican a los servicios de emergencia. Los bomberos, por su parte, cargan en sus espaldas con una enorme exigencia para poder desempeñar correctamente su labor; que contempla subir grandes desniveles cargados de peso, realizar actividades de búsqueda y rescate en un entorno sin visibilidad y con temperaturas muy elevadas o estar varias horas trabajando en un desescombro. Por ello son el cuerpo con las pruebas físicas de acceso más rigurosas.

 
Debido a su dureza, entraremos a valorar las pruebas físicas de acceso a las plazas de bomberos en España. Para ello hemos estudiado las bases que cada administración pública ha publicado desde el 2018 hasta la actualidad, centrándonos en los consorcios y ciudades más importantes. En total, analizamos las bases de 55 oposiciones a bomberos que abarcan toda la geografía nacional para saber qué pruebas se requieren, cuántas son, si son baremadas o no, si hay diferencias entre hombres y mujeres, y qué tipo de cualidades físicas se buscan. Además, al final del artículo extraemos unas conclusiones que hacen una radiografía de lo que ocurre con los mínimos físicos que se solicitan para acceder a un servicio de extinción de incendios.

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En el estudio se refleja que todas las bases comprobadas cuentan con pruebas específicas para la profesión y que son elegidas libremente por cada administración. El máximo de pruebas en una misma convocatoria se compone de diez, mientras que la que menos solicita únicamente requiere de tres. Del estudio se desprenden los siguientes datos:
 
• Todas las bases estudiadas para la selección de bomberos en España cuentan con unas pruebas físicas específicas para la profesión. Incluso en las oposiciones o concursos a la cadena de mando han existido pruebas físicas en casi todos los casos, salvo alguna excepción muy concreta.
 
• Las pruebas físicas de acceso las elige libremente cada administración, sin ninguna restricción.
 
• Diez es el número máximo de pruebas físicas que nos hemos encontrado para una misma Convocatoria, mientras que la que menos solicita son tres. La media está en seis pruebas físicas.
 
• La mayoría de las bases fija entre cinco y ocho las pruebas físicas de acceso al cuerpo de Bomberos. Algunas administraciones separan lo que denominan pruebas físicas (natación, levantamiento de peso, carrera, etc..) de pruebas que califican de oficio o específicas como la subida a autoescalera, subida a torre de maniobras o circuito de espacio confinados; mientras que otras administraciones engloban este tipo de pruebas dentro de las físicas.
 
• La forma de puntuación de las pruebas físicas dentro del proceso selectivo, también varía entre las diferentes bases:
 
o             Un 56% de las bases se puntúan con un baremo de notas.
 
o             Un 21% de las bases con apto/no apto.
 
o             Un 23% con apto/no apto en algunas pruebas físicas y un baremo de notas en otras.
 
• En todas las bases estudiadas hay cierta diferenciación entre las marcas para los baremos o el apto/no apto entre hombres y mujeres. En varias administraciones alguna de las pruebas (como la cuerda o las dominadas) son diferentes entre hombres y mujeres.
 
• En cuanto al tipo de pruebas, nos encontramos con una gran disparidad. Hay más de 30 pruebas diferentes para cubrir una misma profesión. Tenemos desde las típicas pruebas de la carrera de resistencia, la natación o la trepa de cuerda, hasta pruebas de equilibrio, flexibilidad, circuitos lastrados con cargas o de paso de diferentes escaleras, apnea, salvamento subacuático, etc.
 
Si desglosamos las pruebas físicas, encontraremos lo siguiente:

Si las administraciones pudieran ponerse de acuerdo en aceptar un número de pruebas físicas cercano a seis (la media de todas las convocatorias), en las que se añadieran las descritas anteriormente, los opositores sabrían que en todos los lugares de la geografía española las pruebas serían similares y fácilmente practicables, con la posibilidad de variación en algún baremo o forma de puntuación. Las propias Administraciones también saldrían beneficiadas. Por una parte, porque tendrían la seguridad de que las pruebas propuestas son las que se realizan en todo el ámbito nacional y, por otro lado, al no tener que inventar nuevas pruebas para cada proceso selectivo.
 
En este sentido, querría resaltar el buen hacer de la Comunidad Valenciana. Entre el Consorcio de Valencia, que cubre la mayor parte de la provincia, y el Ayuntamiento de Valencia, hay una unificación de criterios en las pruebas físicas de sus bases de acceso, por lo que los opositores de ambas administraciones tienen las mismas pruebas y los mismos baremos. Este debería ser el modelo de futuro al que las diferentes CCAA deberían acercarse.
 
Redacción e imágenes: Raúl Esclarin Lacoma, cabo bomberos Ayto. Las Palmas de Gran Canaria y Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.