En España, más de la del territorio es forestal. La falta de gestión activa de nuestros montes ha llevado a una acumulación creciente de residuos vegetales que, con la sequía y el aumento de temperaturas, se convierten en combustible para incendios cada vez más graves. Tan solo en la última década, los incendios forestales han liberado una media de 1,4 millones de toneladas de CO₂ al año, según recoge el nuevo informe de CRECEMOS sobre Gestión de Incendios Forestales.
Frente a este contexto, el estudio propone una vía para transformar esta amenaza en una oportunidad. La movilización sostenible de un millón de toneladas de biomasa forestal anualmente permitiría reducir de forma significativa la carga vegetal inflamable, disminuir el número y la intensidad de incendios y, de forma paralela, aprovechar estos residuos como materia prima para producir combustibles renovables.
Hasta 440.000 toneladas de combustibles renovables
En concreto, se estima que podrían generarse hasta 440.000 toneladas de combustibles renovables, equivalente a llenar el depósito de ocho millones de vehículos ligeros, tomando como referencia una media de 55 litros de combustible por vehículo. Es cifra, de materializarse, permitiría evitar la emisión de otras 580.000 toneladas de CO₂, además de dinamizar la economía rural con una inversión estimada de 1.600 millones de euros y la creación de más de 1.700 empleos en plantas industriales, en la fase de construcción de los proyectos.
En regiones como el noroeste peninsular, donde el potencial de biomasa está aún infrautilizado, este enfoque permitiría reducir el riesgo de grandes incendios a la vez que se promueve la reactivación económica de zonas rurales despobladas. Además, la normativa europea ya promueve este tipo de aprovechamiento sostenible, y en España existe incluso la obligación legal para que las comunidades autónomas elaboren planes específicos de gestión forestal.
Los residuos forestales, gestionados de forma responsable, deben dejar de ser vistos como un desecho
En el conjunto de la Unión Europea, la bioenergía representa el 60 % de toda la energía renovable, y el 96 % de la biomasa utilizada se produce en territorio europeo, lo que refuerza también la independencia energética frente a mercados exteriores. En este sentido, CRECEMOS considera prioritario que España aproveche su potencial forestal de forma alineada con las medias europeas, lo que permitiría movilizar hasta nueve millones de toneladas adicionales de biomasa al año.
Mónica de la Cruz, directora general de CRECEMOS, opina que existe la oportunidad de transformar un riesgo ambiental en una solución sostenible: «Con una gestión adecuada de los residuos forestales, es posible reducir los incendios y sus emisiones y, al mismo tiempo, integrar la gestión de los residuos forestales en un modelo de economía circular que permita aprovechar esa biomasa para generar energía renovable que contribuya a descarbonizar el transporte y revitalizar las zonas rurales de nuestro país”.
El informe concluye que, los residuos forestales, gestionados de forma responsable, no solo deben dejar de ser vistos como un desecho o un riesgo, sino como una fuente renovable de valor estratégico para la transición energética de nuestro país.
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