El pasado 20 de junio el Consejo de ministros aprobó el Real Decreto que fija la Norma Básica de Protección Civil, la cual no había sufrido alteración desde el año 1992. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, apuntó que esa norma básica garantiza una planificación “coherente y homogénea”, así como un funcionamiento eficiente del Sistema Nacional mientras que determina los riesgos que deben ser objeto de planificación.
La norma básica recoge el contenido mínimo y los criterios generales para la elaboración de planes de Protección Civil a nivel estatal como local y asegura la aplicación de un protocolo en un esquema lógico de respuesta ante emergencias y desastres.
Esta actualización de la norma fija los riesgos que deben ser planificados en inundaciones, maremotos, riesgos volcánicos, terremotos, fenómenos meteorológicos adversos, incendios forestales, accidentes en instalaciones en las que se utilicen o almacenen sustancias químicas, biológicas, nucleares o radiactivas, entre otras.
Marlaska remarcó que esta nueva norma actualice el esquema normativo del Sistema Nacional de Protección Civil que ha servido, según aclaró, “como un instrumento fundamental de cohesión territorial y social para garantizar la seguridad de todas las personas en las situaciones de vulnerabilidad ante emergencias y catástrofes”.
El ministro concluyó con que este es “el segundo instrumento normativo más importante del Sistema Nacional de Protección Civil” porque destaca la “coherencia” de todos los planes sectoriales y territoriales de protección civil y su correspondencia con el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil y la Policía Nacional, aprobado recientemente.