PANTER FORZA
  • Facebook
  • Twitter
  • Google+
  • LinkedIn
  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn

El factor humano provoca el 90% de estos siniestros, que se han reducido considerablemente en los últimos años

Los accidentes de tránsito en carreta protagonizados por vehículos pesados se han reducido considerablemente, pero cuando se producen, pueden causar pérdidas económicas y humanas significativas. Aunque existen factores externos que los pueden producir (nieve, heladas, tormentas o incluso las malas condiciones de la vía), el factor humano es el causante del 90 % de los accidentes de estos vehículos. Estos tienen lugar en vías urbanas e interurbanas, produciéndose en estas últimas los incidentes más importantes debido a la velocidad por la que se circula y al número de vehículos que pueden verse implicados.

En este reportaje vamos a comentar las acciones más importantes a tener en cuenta en los accidentes en carretera de los vehículos de motor destinados al transporte de mercancías con la categoría N2 (vehículos cuya masa máxima sea superior a 3,5 toneladas e inferior a 12 toneladas) y N3 (vehículos cuya masa máxima supere las 12 toneladas).

Principalmente las actuaciones de bomberos se producen debido a: accidentes por alcances entre camiones (al no respetar las distancias de seguridad), salidas de vía, vuelcos, etc. Estas intervenciones presentan desafíos únicos en comparación con los automóviles más pequeños. El tamaño y el peso del vehículo, así como la carga que trasporta, pueden dificultar a los servicios de emergencias las labores de rescate de las personas atrapadas.

El tren de ataque más habitual que los SPEIS (Servicio de Prevención Extinción de Incendios y Salvamentos) suelen tener establecido para una primera respuesta son: una BUP (Bomba Urbana Pesada), un FSV (Furgón de Salvamentos Varios) y una UMJ (Unidad de Jefatura). A la llegada de estos vehículos, es importante que se informe a la central de comunicaciones de la localización exacta del incidente y si hay victimas atrapadas, por si fuera necesario la activación de una segunda respuesta. Si no hay presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el lugar para regular o cortar tráfico, los primeros vehículos se posicionarán señalizando y protegiendo la zona de la actuación.

Una de las primeras labores que tiene que realizar el mando de la intervención es recopilar toda la información posible sobre el número de vehículos implicados, la existencia de víctimas y si el nivel de atrapamiento de las personas es mecánico (el ocupante no puede salir por la deformidad del vehículo), físico tipo I (los heridos no pueden salir por su propio pie, debido a sus lesiones.) o físico tipo II (la víctima está atrapada directa y físicamente por la estructura del vehículo.), además de realizar una inspección visual de 360° para identificar los posibles riesgos existentes.

El número de vehículos pesados que circulan por nuestras carreteras es muy elevado y la carga que transportan muy variada por lo que, en caso de accidente, un factor muy importante a tener en cuenta es recopilar toda la información acerca de la mercancía que trasporta el camión accidentado, ya que nos permitirá delimitar la zona caliente según el producto e identificar los factores críticos y que estrategia es la más adecuada.

La coordinación con los servicios de Policía Local y Guardia Civil presentes en el lugar es una acción que no debe demorarse. Los agentes de la autoridad deberán estar informados del número de personas atrapadas o heridas, así como del plan de acción establecido y el tiempo estimado de la intervención, para que prevean el corte de la vía y las alternativas de tráfico.

En el caso del vuelco de un vehículo pesado, siempre que sea posible se deberá desconectar las baterías y eliminar toda fuente de ignición. Es muy frecuente que los depósitos de combustible resulten afectados, incidencia que puede ocasionar un derrame en la vía y el consiguiente riesgo de inflamación, situación que puede afectar a las labores de rescate si alguna persona se encuentra atrapada. De vital importancia es la cooperación entre bomberos y servicios sanitarios, alternando en muchas ocasiones las acciones de soporte vital avanzado e inmovilización de la víctima que realizan los médicos con los trabajos de extricación y rescate que realizan los bomberos.

En algunos casos, después de las labores de rescate es necesario retirar de la vía los vehículos accidentados con el fin de restablecer la normalidad. Se trata de una situación compleja y no exenta de riesgos en caso de que tenga que ser realizada por bomberos, ya que requiere el empleo de una AGP (Auto Grúa Pesada) y técnicas de elevación y movimiento de cargas.

Los riesgos que debemos tener presentes como intervinientes en estas situaciones son, principalmente: los atropellos causados por otros vehículos que circulan por la vía, las caídas en zonas resbaladizas por derrames de aceites y otras sustancias, el aprisionamiento por inestabilidad del vehículo o la mercancía, el riesgo de incendio por derrame de combustible del propio vehículo o de la carga y otros peligros especiales derivados del producto que se trasportara.

Aunque la combinación de regulaciones estrictas, tecnología avanzada y campañas de concienciación de tráfico ayudan a reducir estos accidentes, no los evitan. Los servicios de emergencias tenemos que estar preparados para este tipo de intervenciones tan complejas, por lo que es imprescindible una adecuada formación en técnicas de rescate y disponer de equipos apropiados para este tipo de actuaciones.

Por: Enrique Álvarez Díez.

  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn