Van despejándose algunas dudas sobre el conflicto de la flota de ambulancias en Baleares. Después de que saliera a la luz que 122 de los vehículos adquiridos para el transporte sanitario no urgente superan los 3.500 kilos, impidiendo que los TES puedan conducirlos al no disponer el 80% de la plantilla del carné C, el 061 entró en una crisis que se ha extendido durante más de tres semanas.
Desde que la noticia saltó a los medios, el problema ha provocado la dimisión del jefe del responsable de la licitación de los vehículos, Daniel Llompart, y ha generado duras críticas por parte de los sindicatos y la oposición del Gobierno de las Islas Baleares. La última polémica surgió a raíz de la solución ofrecida por la Conselleria de Salud: reducir el peso de 55 de las ambulancias para que entren en funcionamiento lo antes posible. Esto ha generado una “profunda preocupación” entre la oposición por el desmontaje de los vehículos, ya que podría implicar que se quiten “plataformas hidráulicas para sillas de ruedas, anclajes reforzados o suelo táctil antideslizante”, tal y como alertó UGT. Deshacerse de un material “pagado con dinero del ciudadano, que ahora se convierte en chatarra tecnológica en cualquier almacén o desguace” fue calificado por los sindicatos y la oposición del Gobierno Balear como una “chapuza”.
Ahora, la Conselleria de Salud ha anunciado que los 55 vehículos entrarán en funcionamiento en diciembre. Las ambulancias aún no han llegado a las islas porque se encuentran en la Península, ya que el desmontaje se está realizando en estos momentos en Galicia, según ha informado Última Hora.
La oposición critica el «desastre»
La consellera de Salud, Manuela García, continúa defendiendo que el material que se está retirando de las ambulancias “no afectará al confort del paciente” y que las modificaciones no supondrán un coste extra, al estar incluidas en el contrato firmado con la empresa de transporte sanitario. Por su parte, el PSIB considera que el Gobierno Balear “vende las mejoras de las ambulancias y las convierte en furgonetas”. La crisis del transporte sanitario programado ha servido para que la oposición también critique otros problemas como el cierre de centros de salud o la falta de oncólogos en la ciudad de Ibiza, calificando la gestión de “desastre” en la última sesión del Parlament.
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