El fallecimiento de una turista italiana en Ibiza ha vuelto a poner el foco de atención en la situación que afronta el transporte sanitario terrestre en la isla. La joven de 36 años sufrió una parada cardiorrespiratoria en el puerto después de que desembarcara de una barca procedente de Formentera. Según informa tourinews, mediante información de medios de comunicación italianos de renombre, los servicios de emergencia tardaron 40 minutos en trasladar a la paciente al hospital en un trayecto de solo dos kilómetros. Esto se debió a que el incidente sucedió a las 6:00 horas, momento en el que se produce la salida de las discotecas.
Las autoridades sanitarias de Baleares niegan que hubiera retrasos en la llegada de la ambulancia, defendiendo la actuación del SAMU061, que asegura haber enviado una ambulancia de soporte vital básico en 13 minutos y otra de soporte avanzado en solo 4 minutos tras la activación del protocolo. Sin embargo, las discrepancias en las versiones oficiales han reavivado el debate sobre la fiabilidad de los servicios de emergencia en uno de los destinos turísticos más concurridos de Europa. El fallecimiento se produce en un contexto de preocupación por la saturación del sistema sanitario en Ibiza, especialmente debido a la atención a turistas afectados por consumo de drogas en las discotecas, tema que fue destacado recientemente por The New York Times.
La noticia ha provocado un gran revuelo mediático en Italia y en redes sociales, donde se cuestiona si la isla balear está realmente preparada para ofrecer una atención sanitaria adecuada en temporada alta.
La fiesta se apodera de las ambulancias de la isla
La plantilla de la empresa pública responsable de la gestión de ambulancias en Ibiza, tal y como informa El Diario, manifiesta que un importante número de las urgencias diarias están relacionadas con los locales y centros de ocio. Los empleados aseguran que la temporada turística es un escenario complejo. Pese a la mala situación de los vehículos, se ven en la tesitura de estar disponibles para actuar en un entorno que recibe más de tres millones y medio de turistas al año.
Dado su éxito, en la isla cada vez se abren más espacios dedicados a la fiesta. A excepción de la discoteca DC10, que trabaja con una empresa privada de transporte sanitario, el resto de los establecimientos dependen del sistema público.
El Comité de Empresa de la Unión Sindical de Técnicos Sanitarios (USAE) declaraba al medio de comunicación que “es inconcebible que empresas que ingresan al año miles de millones de euros no puedan hacerse cargo de este servicio y saturen las emergencias sustrayendo servicios a la ciudadanía”. Asimismo, denuncian los riesgos que corren los TES por la tipología de las urgencias en las que intervienen, pues muchos de los pacientes a los que tienen que atender se encuentran bajo los efectos del alcohol u otras sustancias. “En muchas ocasiones tenemos que inmovilizar a los atendidos porque su estado es complicado. Tenemos que soportar agresiones y situaciones de mucho peligro. La situación está enquistada porque la población aumenta, los centros de ocio aumentan, y nosotros en vez de para adelante vamos para atrás”.
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