Aumentan los incendios en los que arden más de 500 hectáreas

En el marco del aniversario del terrible incendio de Guadalajara en 2005, WWF ha publicado un informe sobre el comportamiento de los incendios en España los últimos años.

WWF ha publicado un balance de los incendios forestales en España en los últimos años. La fecha de lanzamiento de este informe coindice con el aniversario del trágico incendio de Guadalajara en 2005, en el que perdieron la vida 11 bomberos. Este incidente, señalan desde la entidad, marcó un antes y un después en la lucha contra los incendios a nivel nacional, aumentando así la concienciación social sobre el peligro del fuego. Pese a esto, también indican que la normativa continúa sin abordar el problema estructural de los incendios.

Incendios cada vez más agresivos

Según WWF, el riesgo aumenta de la mano de la crisis climática, la sequedad de los campos, los picos de calor y el abandono de los montes españoles. La crisis climática, indican, genera cada vez más incendios extremos y simultáneos que desbordan la capacidad de extinción de los operativos de emergencia. Y es que, en las últimas dos décadas, se ha extremado la intensificación y la peligrosidad de los incendios forestales a escala global.

España reduce progresivamente el número de siniestros y su superficie quemada, pero crece la proporción de incendios en los que arden más de 500 hectáreas.

La sexta generación

Desde 2017 se identifica un nuevo tipo de incendios, catalogados como “de sexta generación”, que son capaces de modificar las condiciones meteorológicas del lugar donde se producen y que desbordan la capacidad de extinción. Estos incendios son de alta intensidad debido a una gran acumulación de combustible seco que, junto con el impacto de los efectos de la crisis climática, los vuelve impredecibles, generando pirocúmulos, nubes de gases y vapor de agua, que pueden derivar en tormentas de fuego.

¿Existen soluciones?

Los incendios extremos son un claro síntoma, aseguran, de una crisis ecológica, climática y territorial. Su futura evolución es una de las mayores incertidumbres en la gestión de riesgos forestales, y dependerá de cómo se aborde colectivamente el uso del territorio, la planificación rural y la emergencia climática.

El paisaje es clave para entender el incremento en la proporción de grandes incendios. Un paisaje homogéneo, sin usos y sin gestionar, agrava los incendios. En cambio, un paisaje mosaico ayudaría a mitigar y frenar el fuego en caso de incendio.

En España ha aumentado la superficie forestal un 7 % desde el 2005 hasta el 2024, alcanzando más de 28,4 millones de hectáreas. Sin embargo, este incremento de la superficie forestal no se ha traducido en un aumento de bosques sanos, resistentes y resilientes. De hecho, según el último informe del Gobierno sobre el estado de conservación de los hábitats de la red Natura 2000, muestra que los sistemas forestales se encuentran en un declive grave ya que para el periodo 2013- 2018, hasta el 89 % de los bosques se encontraban en estado “Desfavorable”.

Imagen: WWF.

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