Así son los incendios de sexta generación como el que ha afectado a Lleida

Los incendios de sexta generación son más agresivos y aplacarlos resulta extremadamente difícil para los profesionales de emergencias.

El incendio que sufrió Lleida este martes, que lamentablemente ha ocasionado el fallecimiento de dos personas, ha sorprendido a muchos por su voracidad y velocidad. Y es que, se propagó a 28 kilómetros por hora, una de las cifras más altas que se han registrado en Europa. El diario 20minutos, a través de primeras confirmaciones, ha informado de que las llamas han calcinado 6.500 hectáreas, por lo que 20.000 vecinos tuvieron que ser confinados. Por sus características, este incendio se contempla como uno de categoría de sexta generación.

Los incendios de sexta generación son más peligrosos que los considerados normales. Esto se debe a que se comportan como sistemas independientes cuyo peligro inicia cuando las llamas originan una columna de aire caliente y humo. Según esta sube, el aire se enfría y la humedad se condensa, dando lugar a lo que los expertos conocen como “pirocúmulo”. Al bajar la temperatura, las partículas de hielo en la nube chocan y se cargan eléctricamente, formando rayos. Cuando estos rayos caen al suelo, pueden crear nuevos focos de fuego, haciendo que la situación sea todavía peor.

Orain señala que otro aspecto peligroso es que la nube puede provocar lluvias porque las gotas atravesarían capas de aire seco y se evaporarían antes de llegar al suelo. Esto genera fuertes vientos que bajan rápidamente y, en lugar de apagar el fuego, lo avivan y lo hacen avanzar más rápido.

Por su parte, WWF señala que, para que un incendio sea de sexta generación, este debe modificar las condiciones meteorológicas de un área, dando lugar a los mencionados pirocúmulos.

Imagen de archivo.

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