Uno de los factores más importantes para tener en cuenta a la hora de extinguir un incendio, aparte del equipo de protección, es poder visualizar el entorno interior donde nos encontramos, anticipándonos a las dificultades que nos puedan sobrevenir y acometer las labores de rescate y extinción con rapidez y seguridad. Cuando la ventilación es limitada en un incendio de interior como en garajes, sótanos, túneles, etc. y el incendio sigue desarrollándose, la producción de gases que contienen productos parciales de la combustión y productos de la pirolisis no quemados pueden ser muy abundantes y propagarse con rapidez, limitando o anulando la visión en el interior. Esto es un factor muy determinante en la actuación de las dotaciones de bomberos ya que aumenta el riesgo de desorientación, la posibilidad de accidentes por caídas en huecos, y dificultad para localizar el foco del incendio y a las posibles víctimas. incendios
Aunque los SPEIS (Servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos) para paliar la falta de visibilidad y minimizar los riesgos en estos incendios, disponen de equipos de iluminación, cámaras termográficas, tabla de control de E.R.A. (Equipo Respiración Autónomo) y cuerdas guía, el empleo de estos equipos no nos garantiza que en los momentos de escasa visibilidad se puedan producir consecuencias negativas a nivel psicológico (ansiedad, estrés) y a nivel de competencias (pérdida de la capacidad de orientación y movilidad).
Por este motivo cobran importancia las técnicas de orientación y movilidad, que a continuación pasamos a comentar.
Orientación
Es un factor muy importante, ya que, al usar nuestros sentidos, somos conscientes de nuestra propia posición dentro del entorno en el cual nos encontramos, de lo contrario no seremos operativos. Por lo que es trascendental, que antes de actuar, obtengamos toda la información necesaria para tener un conocimiento mínimo del entorno, como número de plantas bajo rasante, disposición del edificio, tamaño y otras consideraciones para tener en cuenta.
Aplicando los principios de la orientación en una intervención sin visibilidad, en primer lugar, tendremos que ser conscientes del lugar donde estamos interviniendo y las circunstancias que nos rodean, a continuación, donde se encuentra nuestro objetivo, (dirección, altura, distancia, etc.) y, por último, organizar mentalmente el recorrido desde donde nos encontramos hasta donde queremos llegar.
La capacidad de la orientación espacial está basada en tres componentes muy importantes: referencias, indicadores y mediciones.
Referencias. Pueden ser objetos, temperaturas, sonidos, etc. que se puedan reconocer con facilidad, además de ser constantes y tengan una situación conocida en el entorno (una puerta de emergencia, escaleras, ventana, una BIE, etc.). Nos sirven como punto de partida y de regreso, permitiéndonos también establecer y mantener relaciones de distancias.
Indicadores. Al igual que las referencias pueden ser objetos, temperaturas, sonidos, etc. que sean todos reconocibles con facilidad, pero que no sean constantes y no tengan una situación conocida. Pueden ser dinámicos o estáticos (fuga de agua por conducto quemado por el incendio, estallido de neumáticos de un vehículo ardiendo en un garaje, temperatura muy elevada, etc.). Nos ayudan a obtener direcciones de desplazamientos y obtener información del entorno.
Mediciones. Otro factor importante que hay que tener en cuenta, y que se emplean para determinar las dimensiones exactas de un objeto o entorno. Las más usadas son las siguientes: a la altura de la cabeza o cintura, pasos, metros, etc. Estas unidades de medida son importantes, ya que este tipo de actuaciones, la mayoría de las veces requiere realizar relevos de las dotaciones actuantes, y es necesario la trasmisión de la información entre ellos; la ruta a seguir, tamaño de la zona y la localización exacta del incidente.
Movilidad
La movilidad es la capacidad de desplazarse por el entorno con seguridad, eficacia y fluidez. En el caso de las intervenciones de bomberos, debido al equipamiento necesario para la extinción de un incendio, la movilidad se verá muy reducida y si no la combinamos con una buena técnica de orientación, no será muy efectiva. Utilizar las técnicas de orientación y movilidad es la clave para finalizar con éxito la intervención.
Una de las técnicas de movilidad que garantía la seguridad en el desplazamiento en un entorno lleno de humo y con temperaturas elevadas, es avanzar en paralelo y en contacto con una pared, agachados y deslizando los pies por el suelo sin levantarlos, llevando siempre el peso en la pierna más retrasada para evitar la pérdida de equilibrio.
Para garantizar la seguridad de las dotaciones de bomberos que intervienen en un entorno con visibilidad reducida, se recomienda, el uso de la cámara térmica y la cuerda guía. Esta última, anclándola por el recorrido, permanece fija y nos permite con total fiabilidad entrar y salir de la zona de humos siguiendo una serie de esferas colocadas cada 2,50 m. Las instalaciones de agua, realizadas para apagar el incendio, aunque también nos pueden servir como referencia para entrar y salir de la zona sin visibilidad, no son muy recomendables como primera opción, ya que durante las labores de extinción tienden a desplazarse, y puede confundir a los equipos de intervención.
Cómo hemos comentado, aplicar las técnicas y procedimientos, es importante a la hora de afrontar un incendio de interior. Incluir periódicamente la realización de prácticas en condiciones de baja o nula visibilidad permitirá que las dotaciones de bomberos experimenten las dificultades con las que se encuentran a la hora de actuar en este tipo de intervenciones. Además de practicar técnicas de comunicación y desarrollar habilidades necesarias de orientación y movilidad que les permitan afrontar estas actuaciones con la máxima autonomía, seguridad y eficiencia.
Redacción: Enrique Álvarez Díez, suboficial Bomberos de Madrid. incendios incendios