Intervenciones por riesgo biológico

En este reportaje, abordamos los procedimientos que siguen los efectivos de bomberos a la hora de participar en incidentes con riesgo biológico, así como conocemos mejor los materiales y equipos con los que cuentan para este tipo de maniobras.

Los cuerpos de bomberos se enfrentan a una gran variedad de riesgos en su trabajo diario. Algunos de los más comunes están producidos por altas temperaturas, gases tóxicos, instalaciones eléctricas, trabajos en altura, productos químicos, etc. A pesar de estas amenazas, los bomberos estamos entrenados para manejar cualquier situación de peligro.

Es necesario el sellado de entrada a la zona caliente, para aislar el foco emisor y evitar la propagación del contaminante a zonas comunes.

Pero existen otras intervenciones que, aunque ‘a priori’ no resulten peligrosas, cabe la posibilidad de entrar en contacto con sustancias nocivas y que nos obliguen a adoptar, medidas de protección especial, para evitar un posible riesgo biológico.

En este reportaje, comentaremos como proceder en una intervención, donde equipos de bomberos puedan entrar en contacto con sangre o fluidos corporales, ya que estos deben considerase potencialmente infecciosos.

Los SPEIS realizan numerosas intervenciones en las que existe riesgo biológico. Estas se dan al manipular materias de animales muertos, despojos o cadáveres. También en los rescates en pozos y en las aperturas de puertas en domicilios por personas fallecidas en el interior. Según el estado de descomposición de cada cadáver, se establecen diferentes niveles de procedimientos. Igualmente, puede existir riesgo biológico cuando hay evidentes síntomas de insalubridad en las viviendas (Síndrome de Diógenes).

Para este tipo de actuaciones, el tren de ataque más habitual es de una BUL (Bomba Urbana Ligera), vehículo NRBQ (Nuclear Radiológico Biológico Químico) y una UMJ (Unidad de Mando y Jefatura).  A nuestra llegada, es muy importante el reconocimiento de la zona de actuación, ya que nos permitirá en la inspección visual y en la recopilación de información, evaluar los posibles riesgos para poder definir nuestras prioridades estratégicas. El plan de acción deberá tener previsto, la elección de entrada y salida a la zona caliente, cual es el equipamiento más adecuado, la contención del riesgo y descontaminación de los intervinientes.

Zonificar la intervención 

Es importante, que antes de que los equipos accedan a la zona de riesgo, tengamos instalada la zona de descontaminación.

El delimitar la zona caliente, es prioritario en estas actuaciones, ya que deberemos designar cual es punto de entrada por donde los equipos van a acceder a la zona de riesgo (ventana o puerta en caso de viviendas) y cuál es el de salida. En la zona templada se situarán los demás equipos, para llevar un registro y control del consumo del aire del ERA (Equipo de Respiración Autónomo) además de dar apoyo a los intervinientes. En la zona fría se situarán los servicios policiales y sanitarios.

Equipos de protección individual para riesgo biológico

El traje de protección contra agentes biológicos debe llevarse en combinación con el equipo de intervención, incluida la protección respiratoria. Tiene como finalidad aislar las distintas partes del cuerpo para que la piel no entre en contacto con los agentes biológicos que pudieran estar presentes en la actuación. El tipo de traje de protección utilizado se suele elegir, en función del riesgo del cual nos queremos proteger, en este caso, sería para líquidos en forma de salpicaduras. Pero también hay que tener en cuenta, la descontaminación que posteriormente tendremos que aplicar a los equipos de intervención, ya que deberemos de aplicar un desinfectante liquido pulverizado en la descontaminación, por lo que, el traje más adecuado para este tipo de riesgo bilógico es del Tipo 3-B (contra líquidos en forma de chorro UNE–EN 14605). Para la protección de las manos nos pondremos varios guantes, primero unos guantes de algodón, después unos guantes de látex y por último unos guantes de goma, sellado con cinta adhesiva a la manga del traje de protección.

Sellado de la zona de riesgo

La descontaminación tiene que ser individualizada, y es necesario pulverizar el producto descontaminante (lejía al 5%) y espera cinco minutos para neutralizar el agente biológico.

Cuando hay sospechas de un cadáver en avanzado estado de descomposición en un domicilio, es recomendable sellar la zona de entrada y salida antes de acceder al interior.  El fin es evitar la contaminación de las zonas comunes del edificio, además de impedir la salida de los malos olores. El sellado se realiza por medio de lonas de plástico plegadas y sujetas con cinta adhesiva al cerco de la puerta, permitiendo la entrada y la salida del personal actuante.

Descontaminación de los intervinientes

Siempre que exista un riesgo biológico, antes de la intervención de los equipos de bomberos, es necesario tener montada y lista la zona de descontaminación.  Estará ubicada en la zona de transición entre la zona caliente y la zona templada. La decisión del lugar donde se coloca la descontaminación corresponderá al jefe de la intervención, teniendo en cuenta que se debe de instalar, a ser posible, en una zona despejada, con la pendiente hacia la zona caliente y que se debe evitar que los intervinientes tengan que hacer largos y fatigosos recorridos hasta llegar al punto de la descontaminación.

Al salir el equipo de trabajo contaminado de la zona caliente (vivienda o pozo) se posicionarán de forma individual sobre la zona designada, donde el personal encargado de la descontaminación aplicara el procedimiento.

Como hemos comentado anteriormente, el riesgo biológico puede estar en intervenciones aparentemente sencillas.  El evaluar y detectar estos riegos, adoptando las medidas de protección adecuadas (zonificar la intervención, protección del riesgo, efectuar el sellado de la zona caliente y la descontaminación de los equipos intervinientes) evitaran que expongamos a los equipos de trabajo a microorganismos vehiculizados por la sangre y otros fluidos potencialmente peligrosos para la salud. Conocer y aplicar el procedimiento de riesgo bilógico en maniobras, es la clave para afrontar estas intervenciones con seguridad y eficiencia.

Redacción e imágenes: Enrique Álvarez, suboficial bomberos Madrid.

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